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Demonización: cuando el otro se convierte en un diablo en una negociación

Demonización: cuando el otro se convierte en un diablo en una negociación

"Quiere todo para él", "Está conspirando contra nosotros", "Es un oportunista", etc. A la hora de negociar, es común que percibamos al otro como un demonio. Y esto impide alcanzar acuerdos mutuamente ventajosos. El antídoto: la escucha activa...

 

Por Ari Sabbagh y Tomás Donovan

La realidad moldea nuestro pensamiento, y éste a su vez, modifica la realidad, conformando un círculo complejo de interrelaciones en que resulta difícil distinguir causas y efectos.

Lo cierto es que constantemente y casi sin darnos cuenta construimos activamente nuestra interpretación de la realidad mediante un proceso que mezcla datos externos y supuestos propios.

Este fenómeno se manifiesta claramente en períodos de crisis: la situación externa nos condiciona y nos genera miedos, incertidumbre e inseguridad.

Nosotros, por nuestro lado, aportamos a ese panorama condimentos subjetivos, de acuerdo a nuestra personalidad. Algunos experimentan angustia y vulnerabilidad. Otros sienten la adrenalina y la ambición de enfrentar un nuevo desafío.

Al final, nos encontramos con una mezcla de datos y sensaciones (propias y de otros), donde ya no sabemos qué componentes son reales y cuáles no.

El proceso de demonización

Este mismo proceso se manifiesta claramente a la hora de negociar.

En efecto, muchos de los problemas que suceden en las negociaciones del día a día provienen de esta tendencia a reemplazar los datos de la realidad (que se obtienen mediante la comunicación con el otro) con nuestros propios supuestos sobre los intereses e intenciones de la otra parte.

Y esto se agrava por el hecho de que las personas tendemos a cuidar nuestro propio "territorio". Así, nuestros supuestos sobre el otro suelen ser paranoicos: "No me envió el email a tiempo. Seguramente, quiso hacerme quedar mal ante nuestro jefe. Es un oportunista que quiere quedarse con mi puesto".

Entonces, cuando nos imaginamos cómo es nuestro interlocutor, inmediatamente tendemos a asignarle una serie de atributos (por no decir prejuicios) que no tienen más sustento que la mera proyección de nuestros propios miedos e inseguridades.

De allí que frecuentemente veamos al otro como un reflejo materializado de estos sentimientos desagradables, es decir, como una especie de demonio.

Una vez sometidos a este proceso de demonización, comenzamos a distanciarnos cada vez más de la verdadera condición del otro, adentrándonos en esta lógica conservadora de imaginar el peor de los mundos posibles.

Para complicar aún más las cosas, la otra parte suele regirse bajo los mismos supuestos, y también construye una imagen de nosotros como proyecciones de sus propios temores.

Rápidamente, se conforma un círculo dinámico de retroalimentación de la desconfianza en el que la comunicación productiva se vuelve impracticable. Reconstruir la relación se hace cada vez más difícil.

Ahora bien, ¿cómo podemos salir de este círculo tan arraigado en nuestros paradigmas de pensamiento?

La escucha activa

Para evitar el proceso de demonización, especialistas en negociación como Roger Fisher y William Ury, del Programa de Negociación de la Universidad de Harvard, sugieren trabajar con herramientas de comunicación, con el objetivo de reformular las bases de las relaciones y crear vínculos creativos a largo plazo.

Una herramienta vital en este proceso es lo que se conoce como "escucha activa": aprender a callar nuestros comentarios y voces internas para comprender al otro y transmitirle confianza y atención.

Escuchar activamente no sólo implica comprender al otro. También necesitamos que el otro se sienta comprendido.

Así, este tipo de escucha tiene dos ventajas principales: 1) Nos permite conocer los intereses reales de la otra persona y proponer soluciones relevantes para los intereses de ambos; 2) Luego de haberse sentido escuchado y comprendido, el otro estará listo para escucharnos a nosotros.

Lo primero a tener en cuenta son algunas acciones a evitar. Cuando escuchamos es importante no reaccionar ni contradecir. Esto interrumpe el relato del otro y le impide sentirse comprendido.

En segundo lugar, no debemos intentar resolver el problema antes de tiempo. Esto distrae nuestra atención de la escucha y, en muchos casos, nos hace proponer soluciones subóptimas porque no conocemos el interés de la otra parte. Primero escuchemos activamente. Luego, habrá tiempo de intentar encontrar una solución.

Finalmente, mientras escuchamos, debemos evitar ceder. Escuchar activamente no implica dar la razón al otro. Esto pondría fin a la conversación y no obtendríamos ningún resultado.

Herramientas fundamentales para una escucha efectiva

A continuación, se detallan cuatro herramientas fundamentales para una escucha efectiva:

Actitud corporal: Mientras escuchamos, no realicemos otras tareas (como escribir en la computadora). Para que el otro se sienta comprendido, debemos transmitirle con nuestra mirada y nuestra postura que toda nuestra atención está dedicada a la conversación.

Preguntas amplias: Formulemos preguntas amplias para que el otro profundice en su relato: "Y, ¿qué fue lo que pasó?" "¿Por qué te resultó tan frustrante el proceso?".

Preguntas específicas: Cuando nuestro interlocutor comparta poca información, formulemos algunas preguntas específicas para identificar el tema más importante para él: "¿Lo que te molestó fue que hayamos llegado tarde?"; "De acuerdo a las necesidades de tu empresa, ¿lo más importante es el precio o la calidad?".

Refraseo: Cuando creamos haber entendido al otro, repitamos con sus propias palabras lo que hemos escuchado. Esto nos permitirá verificar si hemos comprendido lo que el otro quiso decir.

Y nuestro interlocutor se sentirá comprendido: "Entiendo que están en pleno proceso de recorte de costos. Entonces, necesitan reducir los precios de los insumos. ¿Es así?".

En definitiva, a la hora de encarar negociaciones, muchas veces nos guiamos con ciertas "máximas del folklore" que pueden expresarse de la siguiente manera: "no lo dejes pensar", "que no empiece a hablar porque te envuelve".

Así, a la hora de negociar, nos esforzamos en sofocar al otro con estrategias y argumentos.

Sin embargo, esto sólo contribuye a reforzar nuestros supuestos, nuestros procesos defensivos y el círculo vicioso de la demonización.

Practicar la escucha activa puede ofrecernos un camino más sano para construir valor en conjunto. Y esto nos permitirá crear relaciones a largo plazo, fuertes y abiertas, basadas en el descubrimiento de intereses mutuos y no en la confrontación ciega de posiciones enfrentadas.

Ari Sabbagh
Magíster de la Maestría en Estudios Organizacionales de la Universidad de San Andrés y Consultor Organizacional - Ingouville & Nelson

Tomás Donovan
Licenciado en Filosofía, Universidad del Salvador. Coordinador de logística educativa en la firma Ingouville & Nelson.

 

9 comentarios

karen gardea 472 -

muchas veces por nuestra desconfianza dejamos pasar oportunidades o echamos a perder cosas. este articulo me parecio muy acertado en cuanto a que simeprenos predisponemos y prejusgamos y esto ocasiona que se nuble nuestro criterioy tomemos malasdesiciones. ademas que inconcientemente le estamos mandando este estado de temor e incertidumbre a nuestra contraparte lo que podriaresultaren que el tampoco se sientaagusto o en confianza. por eso debemos escuchar y despues sacar conclusiones.

Oskar Israel Hale Bolio Grupo 472 Art#24 -

Es muy cierto lo que se maneja en el comentario, acerca de que simepre creemos que al realizar una negociacion, es verle la cara de tonto al otro o si no nos la ven a nosotros, lo cual no es correcto. El chiste de toda negociacion es que ambas partes salgan satisfechas, que me puedes dar tu y que esperas que te de, y visceversa. Siempre pensamos que debemos de tomar la ofensiva, lo cual se vale , ya que en los negocios son una guerra como habiamos visto, pero yo pienso que ent oda negociacion ambas partes deben de salir satisfechas porque como buenos negociadores, siempre buscamos el que nos sigan comprando y no solo una vez porque quedamos mal.

juan manuel salinas chaidez 472 -

bueno este tema yo lo expuse, podemos ver aqui que siempre en todas negociasiones podemos conbertirnos en un demonio ya que si uno quiere una cosa y el otro igual , y si no se explican bien las cosas uno al otro ban a empezar los problemas ya que no se sienten seguros con lo que se esta negociando al no saber lo que el otro quiere negociar.

ivon rivera 472 -

este articulo refleja mucho el dia a dia de la sociedad en general puesto que algun dia hemos estado en ambas partes lo que nos hace reflexionar un poco de como nos emos sentido cuando el negociante nos ataca y no podernos defender basado en nuestro estado de animo y la desesperacion de optener una respuesta concreta y realmete benefica para nosotros pero como negociantes nos convertimos en diablos sin pensar por un momento en las necesidas de las realmete algo que jamas la sociedad podra persivir la autoestima y el conociempo de la gran esfuerso que atomado llegar a obtener lo que se esta negociando nos ara un poco mas solidos y mas perspectivos a entender lo que las personas ofrecen y sin llegar ser un diablo en una negociacion.

Fernando Haupt Gutierrez -

Este es un articulo muy importante, no solo para las negociaciones sino tambien oara la vida diaria, ya que en mi opinion hoy en dia no se presta atencion suficiente a lo que los demas dicen, es decir, oimos, mas no escuchamos, y eso demuestra falta de educacion, lo cual puede resultar contraproducente a la hora de una negociacion, mas si es entre personas de diferentes paises, creo que es un articulo muy interesante y que nos da muy buenos consejos para mejorar nuestra comunicacion

MAYRA FAJARDO 472 -

Es muy importante mantener la calma en una negociacion, hay que hablar las cosas,no discutirlas, por que a fin de cuentas no se llegara a nada bueno; es muy importante escuchar a la contraparte que es lo que ofrece, como lo ofrece,y de igual manera exponer nuestros puntos de vista

Ernesto A. Garcia Cespedes Grupo 234 -

La comunicacion activa es muy importante, el semestre pasado veiamos en la clase de comunicacion organizacional como todo lo que hacemos comunica algo, inclusive si no pronunciamos palabra alguna, nuestro cuerpo manda mensajes que ni siquiera notamos. En una negociacion siempre se busca ganar a toda costa, muy pocos estan dispuestos a sacrificar o ceder un poco de espacio pues el resultado puede significar fatal. Pero creo que siempre se comenten los mismo errores al estar discutiendo o manejando un tema delicado porque ambas partes quieren defender su posicion y nunca llegan a un acuerdo.

Brenda Anais Perez 472 -

Al momento de hacer una negociacion, es comun que nosotros pensemos lo peor sobre la contraparte, sin embargo esto no nos lleva a ningun lado, este punto debe cambiarse por parte del negociador pero sin dejar de lado, su estrategia que lo llevara a un objetivo supuesto.
El estar atento con la otra persona, se sentira una sensacion de comodidad, confianza que lo hara abrirse mas exponiendo sus objetivos a lograr, deseos...en fin. Haciendo asi una negociacion donde las dos partes salen ganando.

Natali Rangel Carey 472 -

Una de las barreras más grandes del ser humano, es la propia inseguridad y miedo internos, que crecen con mayor intensidad gracias a nuestro entorno y más si nos importa el que dirán, iniciamos a ver como dicen “moros con tranchete” en donde nos los hay.
Todo esto lo ponen el punto de vista de una negociación, y ponen como solución la “Escucha Activa” se podría decir que esta herramienta es una de las mas importantes y la que mas problemas podría resolver así como el que evitaría los malos entendidos.
El poner atención cuando nos hablan, el estar seguros de lo que te están diciendo, así como entenderlos y comprenderlos para envolverlos y hacerlos sentir seguros, el no interrumpirlos les dará la confianza suficiente cuando llegue la hora de iniciar la negociación aparte de que las ideas e intereses de la contraparte quedara mas clara y tendremos un bajo margen de error llegando así a una negociación favorable para ambas partes.