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Reseña historica del Estudio de Tiempos y Movimientos

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Reseña historica del Estudio de Tiempos y Movimientos

Definición

“Se entiende por estudio del trabajo, genéricamente, ciertas técnicas, y en particular el estudio de métodos y la medición del trabajo, que se utilizan para examinar el trabajo humano en todos sus contextos y que llevan sistemáticamente a investigar todos los factores que influyen en la eficiencia y economía de la situación estudiada, con el fin de efectuar mejoras”
histórica

Son muchos los antecedentes históricos a la Organización Científica del trabajo, aunque no se halla ninguna indicación concluyente hasta la segunda mitad del siglo pasado. Sin embargo, todos los especialistas en la materia han considerado que hubo ya a mediados del siglo XVII un precursor. Este es el filósofo Descartes, que en su famoso Discurso del Método enunció las cuatro reglas básicas de estudio del trabajo: – de evidencia – de análisis – de síntesis – de control Estas cuatro reglas han rendido servicio a la resolución de muchos problemas humanos y se pueden seguir considerando como la base de todo estudio del trabajo. Según la regla de evidencia: “No debe admitirse como cierto nada que no haya sido demostrado y debe evitarse la precipitación, liberando la razón de las pasiones para emplearla bien.” Según la regla de análisis: “Cada trabajo o problema debe descomponerse en una serie de trabajos o problemas menores, cuya resolución sea más sencilla.” La regla de síntesis sigue la vía contraria: “Se deben agrupar las diferentes soluciones encontradas a cada uno de los pequeños problemas para llegar de esta forma a la solución total.” Por último, la regla de control reza: “El control tiene por objeto verificar la certeza de nuestras deducciones y comprobar los resultados obtenidos.”
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Nadie, en la época de Descartes, ni siquiera él, llevó a la práctica estos principios para la valoración del trabajo, ya que en el siglo XVII la industria aún no se había desarrollado en la suficiente medida como para evidenciar las necesidades de una organización científica de la misma. Hasta fines del siglo pasado no se realizaron los primeros estudios de tiempos y organización basados en los principios enunciados por Descartes. F.W. Taylor (1856-1915), nacido en Germantown, Pennsylvania. Comenzó sus estudios en Francia y Alemania. Cuando se estaba preparando para su ingreso en la Universidad de Harvard tuvo que abandonar los estudios por un grave padecimiento de la vista. Al abandonar los estudios ingresó como aprendiz de modelista en una fundación de Filadelfia. Al cabo de unos años, en 1879, ingresó en la Midvale Steel Co., en donde pasó, en un período de 9 años, de peón a jefe de talleres, consiguiendo en 1883 el título de Ingeniero Mecánico en los cursos nocturnos del Instituto Stevens de tecnología. Es precisamente en esta época en que va pasando por diferentes escalones y puestos, peón, empleado administrativo, tornero, jefe de sección contramaestre e ingeniero jefe de talleres, cuando percibe el problema que separaba a la empresa de sus empleados. En la Midvale Steel Co., los operarios trabajaban a destajo, pero como cada intento de ellos de ganar más (cuando estas ganancias pasaban a un determinado límite), era seguido por una modificación de la tarea por parte de la empresa, para reducir las ganancias, los operarios habían llegado a limitar su producción a unas determinadas cifras, que nadie podía rebasar, para evitar reducciones. Precisamente esta situación es la que pretendió evitar Taylor a través de una forma más racional de establecer las tareas y que beneficiase tanto a la dirección, a través de un aumento de producción, como a los empleados por un aumento de sus posibilidades de ganancias. Fue en esta empresa en la que empezó a realizar los estudios de tiempos con cronómetro; pero tal vez lo más importante de su labor es que se preocupaba de indicar al personal no sólo qué es lo que tenían que hacer y en cuánto tiempo tenían que hacerlo, sino que también se preocupó de indicar cómo había que hacerlo, para lo cual enseñaba al operario la forma de ejecución de la tarea.
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Posteriormente a Midvale, trabajó sucesivamente en las empresas Manufacturing Investment Co., y en la Bethlehem Co., dedicándose a partir de 1906 a la divulgación de los principios de Organización Científica.

Los principios de Taylor, son los siguientes:

- Para todo tipo de trabajo, estudiar una técnica racional cambiando los métodos rutinarios.
- Transmitir sistemáticamente esta técnica al ejecutante, para que pueda aplicarla íntegramente.
- Separar las funciones de preparación del trabajo, de las de su ejecución.
- Especializar cada una de las funciones.
- Repartir equitativamente entre la dirección y el personal, los beneficios.

Hasta su muerte, como hemos dicho anteriormente, Taylor se consagró a la difusión de sus ideas. Su celebridad se convirtió rápidamente en universal y Lenin no dudó en escribir en un artículo publicado el 28 de abril de 1918 en Pravda:

“Debemos introducir inmediatamente el trabajo en cadena y estudiar su aplicación. Debemos poner en práctica todas las sugestiones científicas y progresivas del sistema Taylor“.

Frank Burker Gilbreth (1841-1925), encaminó su trabajo preferentemente hacia el estudio de movimientos. Taylor había tenido serias dificultades para describir el método de trabajo, por desconocer los elementos básicos que le permitieran describir cualquier trabajo.

Indudablemente este es un vacío importante que vinieron a llenar Gilbreth y su esposa Lilliam M. Gilbreth, cuyos conocimientos de psicología complementaron las técnicas que él poseía. Los estudios de los esposos Gilbreth, culminan con el descubrimiento de los “gestos elementales”, que son los realizados en el desarrollo de cualquier trabajo. Los “gestos elementales”, reciben la denominación de “Therbligs” (es el mismo apellido escrito al revés).

Gilbreth comenzó sus observaciones a los 17 años, cuando entró a trabajar en la construcción de edificios. Pudo entonces apreciar que los albañiles, al colocar ladrillos, empleaban series diferentes de movimientos, según trabajasen a ritmo rápido y que además, cuando enseñaban a alguien, empleaban otra serie de movimientos con los que resultaba más lento el trabajo.

También observó el empleo en estos trabajos de una serie de movimientos inútiles, cuyo único resultado era producir fatiga al trabajador.

Por ello se dedicó a ordenar el trabajo en otra forma; la importancia de su obra reside en esos micromovimientos o gestos elementales, por medio de los cuales es posible definir y analizar el trabajo humano, y además, son precursores de unos sistemas de medidas que permiten estudiar los métodos y el tiempo preciso de ejecución con sólo la fijación de los movimientos necesarios para realizar la operación (Normas de tiempo predeterminadas).

En el año 1910, podemos considerar la existencia de dos escuelas claramente definidas:

- Escuela de Taylor: que tiene por base el estudio de los tiempos.
- Escuela de Gilbreth: que tiene por base el estudio de los movimientos.

Queremos señalar que, la escuela Taylor, en el fondo se aparta y tergiversa la doctrina preconizada por el propio Taylor, el cual daba tanta importancia al método como al tiempo. La escuela Gilbreth da la máxima importancia al método y prescinde del estudio de tiempos, no dando importancia alguna al cronometraje.

La fusión de ambas escuelas, da lugar al nacimiento de la Ingeniería de Métodos.

Otros seguidores de estos movimientos fueron concretando sistemas de estudio para determinados problemas.

Henry Fayol, ingeniero de minas francés (1841-1925) se especializó, paralelamente a los trabajos de Taylor, en los problemas de gestión.

Definió las seis funciones principales en la Empresa:

- Administrativa.
- Financiera.
- Contable.
- Técnica.
- Comercial.
- Seguridad.

Fayol precisó lo que él entendía por “Función Administrativa”, diciendo que administrar es:

- Prever.
- Organizar.
- Ordenar.
- Coordinar.
- Controlar.

Es lo que se denomina los “cinco imperativos de Fayol”.

Rimailho, coronel francés (1864-1954) encargado de la fabricación del fusil de guerra Lebel, estableció su doctrina sobre las bases siguientes:

- Organización funcional: Separación de la preparación, de la ejecución, del control.
- Importancia del hombre: Colaboración del ejecutante en la reparación de los trabajos. Información de los resultados.
- Interesar al personal: Salarios por rendimiento.

Publicó en 1936 “La organización a la francesa”.

Podemos citar también a Adamiecki (1866-1933), eminente ingeniero polaco, que en 1903 dio a conocer sus armonogramas a la Sociedad de Ingenieros rusos de Jekaterinoslaw.

En general, en Europa, los métodos científicos adquirieron gran impulso en el curso de la guerra 1914-1918 y posteriormente a la misma, con motivo de las reconstrucciones llevadas a cabo. Otro tanto podemos decir de la segunda conflagración mundial.

En España, se empezaron a estudiar estos métodos científicos en los primeros años de la posguerra. En 1920, Leprevost comenzó a desarrollar su cátedra de Organización de Talleres, en la Escuela Industrial de Barcelona y proceden del mismo año, los primeros artículos sobre la materia publicados por Gual Villalví en la revista “ÉXITO”, base de su obra “Principios y aplicaciones de la organización científica del trabajo“, publicada en 1929. Mencionaremos también “La organización científica de la Industria de Tallada” (1922).

El último paso no se da hasta 1940 en que se halla el M.T.M. que descompone cualquier trabajo en una serie de movimientos en número inferior que los “Therbligs”, (8 micromovimientos o gestos) y la asignación a cada uno de ellos de unos tiempos fundamentales.

1.- Alcanzar
2.- Coger
3.- Mover
4.- Poner en posición
5.- Dar vuelta y aplicar presión
6.- Soltar
7.- Movimientos del cuerpo
8.- Movimientos ojos y acomodación vista

Realizando un estudio de métodos de trabajo y descomponiendo éstos en micromovimientos podemos calcular, por medio de unas tablas de tiempos predeterminados, el tiempo total que llevará al operario la realización de la operación de acuerdo con el método preestablecido.


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